
Te mantuviste bella hasta el final. Aunque este final no sea el final.
Para mi lo es. La verdad es que poco recorrimos juntos. Pero aunque cortos esos momentos fueron excelentes. Y ahora solo viven en mi cabeza.
El olor a caucho, gasolina y cera. Los espejos retrovisores que quedaron chuecos después de tres caidas. El motor pulcro y fiero que rugía con furia en la pista.
El tablero que marcaba los kilómetros recorridos, el tanque de combustible y las luces direccionales. Se que son algo común pero fueron especiales, todos complices en el arte de "andar", y fui a pocos lugares contigo, pero fueron los precisos. Tu cómodo y amplio asiento,mi mayor aliado en los escabrosos caminos.
Bueno ya demasiado floro. Chau moto, no creo que vuelva a querer tener una. Te viví y fue...agradable. adios!, gracias por no haberme matado!
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